lunes, 1 de junio de 2009

CENICIENTA

Cenicienta tiene ahora 75 años y se encuentra al final de una feliz
vida con su marido, el Príncipe, que ya ha muerto. Pasa sus días
en el porche de su casa, sentada en una mecedora, observando el
mundo con su gato Raul sobre las rodillas, feliz. Una bella tarde,
de en medio de una nube, aparece de pronto el Hada Madrina.
Cenicienta le pregunta:
- Querida hada madrina, después de todos estos años, ¿qué haces aquí?
La madrina responde:
- Cenicienta, desde la ultima vez que nos vimos, has vivido una vida
ejemplar ¿Hay algo que pueda hacer por ti? ¿Algún deseo que te pueda
conceder?
Cenicienta esta confundida, alegre y roja de emoción. Después de pensar
un poco, murmura:
-'Me gustaría ser inmensamente rica'.
En un instante, su vieja mecedora se vuelve de oro. Cenicienta está
impresionada. Su fiel gato Raul se sobresalta, y se aleja de la
mecedora. Cenicienta grita:
'¡Gracias Madrina!'
El Hada Madrina dice:
'No hay de que. ¿Qué te gustaría como segundo deseo?'.
Cenicienta baja la cabeza, mira las huellas del tiempo en su cuerpo, y >
dice:
-'Me gustaría ser joven y bella de nuevo'.
Casi instantáneamente, ella se encuentra con su belleza de antaño.
Cenicienta empieza entonces a sentir cosas de las que casi no se
acordaba: apasionamiento, ardor, ... El Hada Madrina dice entonces:
-'Te queda un último deseo. ¿Que quieres?'
Cenicienta mira a su pobre gato asustado y dice:
-'Quiero que transformes a mi pobre gato en el más bello joven'.
Por arte de magia, Raul se transforma en un magnifico hombre, tan bello
que los pájaros no pueden evitar dejar de volar y caer al suelo al mirarlo.
El Hada Madrina dice:
-'Felicidades, Cenicienta. Disfruta de tu nueva vida'.
Y parte rápida como una centella. Durante unos instantes mágicos, Cenicienta
y Raul se miran tiernamente. Entonces Raul avanza hacia ella, la toma entre
sus musculosos brazos y le murmura cálidamente al oído:
-¿A que te arrepientes de haberme hecho castrar?

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